La sangre es testimonio. La creación demanda una prueba de su esencia pues la globalización nos pide constancia de paso. Atrás quedaron los tiempos de entregarse al olvido pues pertenecemos a un momento único que nos va elevando a mejores versiones de nosotros mismos.
Dejaremos una huella indeleble gracias a nuestras circunstancias y no a pesar de ellas. Esto va en las obras que seguimos creando. Somos constructores de una realidad alternativa, un nuevo discurso lleno de experiencias únicas. En ese tránsito la reinvención es natural, y es todo.
La empatía marca el viaje, pero el exceso de infor-
mación nos obliga a la curaduría de los criterios. Por ello nuestra comunicación es cada vez más refinada, y los mensajes más pulidos: la novedad nos aguarda desde
el origen. Así el arte nos reconcilia con la vida. Internalizo el amor que me cubre y agradezco ser. Mis familiares
y procedencia, mi sangre, es el lugar desde el que mi arte se revela y estalla.
La potencia de esa luz soslaya al pesimismo. Lo que el contexto nos quita la nueva perspectiva nos lo da, integrando en una misma conexión realidad y potencia. Reinterpretamos nuestro origen, lo hacemos sueño posible. Vamos con ímpetu indetenible hacia la nueva revolución de la belleza.
La sangre es testimonio. La creación demanda una prueba de su esencia pues la globalización nos pide constancia de paso. Atrás quedaron los tiempos de entregarse al olvido pues pertenecemos a un momento único que nos va elevando a mejores versiones de nosotros mismos.
Dejaremos una huella indeleble gracias a nuestras circunstancias y no a pesar de ellas. Esto va en las obras que seguimos creando. Somos constructores de una realidad alternativa, un nuevo discurso lleno de experiencias únicas. En ese tránsito la reinvención es natural, y es todo.
La empatía marca el viaje, pero el exceso de información nos obliga a la curaduría de los criterios. Por ello nuestra comunicación es cada vez más refinada, y los mensajes más pulidos: la novedad nos aguarda desde el origen. Así el arte nos reconcilia con la vida. Internalizo el amor que me cubre y agradezco ser. Mis familiares y procedencia, mi sangre, es el lugar desde el que mi arte se revela
y estalla.
La potencia de esa luz soslaya al pesimismo. Lo que el contexto nos quita la nueva perspectiva nos lo da, integrando en una misma conexión realidad y potencia. Reinterpretamos nuestro origen, lo hacemos sueño posible. Vamos con ímpetu indetenible hacia la nueva revolución de la belleza.